Los datos hablan por si solos: cinco millones de litros de agua al día manando a través de 70 surgencias; unas cifras de excepción que no hacen sino evidenciar que la ciudad de Ourense está llamada a convertirse en protagonista de excelencia de la aventura termal gallega, española y europea. A su ya tradicional e imprescindible cita con el mundo del termalismo nacional e internacional en la feria Termatalia, ya en su décima edición, se suman en este año 2010 la incorporación de Ourense como miembro fundador a la Asociación de Ciudades Históricamente Termales Europeas, su elección como ciudad anfitriona para la celebración del noveno Encuentro de Villas Termales de la FEMP y la reciente inauguración del Centro Termal de Las Burgas, uno de los elementos céntrales del proyecto del arquitecto César Portela para la recuperación integral de esta emblemática zona orensana.
A pesar de que pueblos anteriores se pasearan por estos territorios, fueron los romanos los encargados de consolidar los cimientos de esta ciudad milenaria, atraídos por sus reservas mineras, su privilegiado entorno y sus numerosos manantiales de aguas termales. Los restos arqueológicos no hacen sino confirmar la importante presencia romana en la zona, y en el entorno de Las Burgas se pueden contemplar las réplicas de las cuatro aras romanas encontradas en la ciudad.
Seña de identidad de Ourense, Las Burgas históricamente han conformado un discreto conjunto arquitectónico donde lo más impresionante son los 300 litros de agua por minuto que humeantes -entre 64 y 68º C- salen de sus caños, aguas de mineralización media, alcalinas, litínicas, fluoradas, silicatadas y ligeramente radiactivas. Declaradas Conjunto Histórico-Artístico en 1975, son tres las fuentes que componen Las Burgas: la de Arriba, es la más antigua y data del siglo XVII, la del Medio, pegada al muro, y la de Abaixo, de estilo neoclásico del siglo XIX, con dos caños laterales y uno central, cuya estampa es el símbolo del conjunto y, también de la ciudad, junto con el puente romano y la catedral.
Familiarizados con las hirvientes fuentes de Las Burgas, los orensanos han visto el fluir incesante de sus aguas durante años y años como si se tratara de algo normal, casi dándoles la espalda, poco conscientes de un tesoro que había elegido este lugar para salir a la luz; aunque seguramente el lugar fue elegido por el hombre precisamente por la existencia del tesoro. La sabiduría popular, sin embargo, nunca fue ajena a las beneficiosas propiedades de sus aguas y la presencia de la gente recogiendo agua, ingiriéndola o aplicándosela sobre la piel ha sido algo cotidiano.
Tranquilas en su habitual relajo, Las Burgas han visto pasar los años y los siglos, hasta que con el nuevo despertar de la cultura termal iniciado en la década de los noventa se volvió la vista atrás y se empezó a rescatar del olvido el legado natural, cultural e histórico que, en otros tiempos, conformaron las aguas especiales. La ciudad de Ourense no fue ajena a las estas nuevas tendencias y comenzó a activar los consiguientes resortes para poner en valor sus peculiares recursos hídricos y entrar a formar parte de la familia termal en el puesto de honor que se merece, prueba de ello es su incorporación a la Asociación Europea de Ciudades Históricamente Termales como miembro fundador, un club que aglutina urbes de reconocida tradición termal unidas para “ preservar e impulsar los recursos existentes y definir políticas de promoción y realce, creativas e innovadoras”, según reza en su declaración de intenciones. Mucho antes, el tejido empresarial orensano ya se había puesto en marcha en sabia prevención del futuro y surgieron proyectos como la empresa Subita, que haciendo gala de sus compatriotas en el mundo de la moda, introdujo un peculiar estilo en los equipamientos termales (bañeras, tumbonas, etc) o los laboratorios Iuvenor, especializados en cosmética termal.
Pese a las dificultades, algunas de gran importancia como el accidente ocurrido a principios de 2005, a causa de unas excavaciones no autorizadas en las que resultó perforado uno de los pozos que alimentan Las Burgas, se emprendieron una serie de iniciativas tendentes a preservar el patrimonio y en 2007 se aprobó el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural del sitio histórico de Las Burgas por la Xunta de Galicia. La más importante de estas iniciativas fue encargada al arquitecto César Portela que elaboró el Plan Director para la Recuperación Integral de Las Burgas tendente a crear el primer recinto termal en el casco histórico de la ciudad incluyendo, entre otras actuaciones, las excavaciones en las traseras de las fuentes y en la Casa dos Fornos, que se iniciaron en 2006 y que devolvieron a la luz numerosos restos arqueológicos entre los que se encontraba un piscina termal datada en el siglo I a. C.
La primera parte del proyecto de Portela se ha materializado en fecha reciente, concretamente el 28 de julio, con la inauguración de una peculiar piscina. Una lámina de agua termal de 200 metros cuadrados, al aire libre y en pleno centro de la ciudad, forma ya parte del paisaje urbano de Ourense. El espacio correspondiente a la Burga del Medio se ha convertido en un lugar para uso y disfrute de la ciudadanía que ahora tendrá la oportunidad de sumergirse en las cálidas aguas de los manantiales de Las Burgas en el mismo histórico lugar donde se bañaron en su día los romanos.
Aunque los baños termales al aire libre, en las numerosas surgencias que afloran a orillas del Miño a su paso por la ciudad, gozan de una larga tradición entre los orensanos, el hecho de bañarse en pleno casco urbano, de día, de noche, en verano y en invierno, no deja de ser una experiencia única, tanto en Galicia como en España, y tan particular que seguramente se convierta en una vivencia obligada para todos aquellos que visiten Ourense y que incluso muchos se acerquen a la ciudad para experimentar en vivo y en directo dicha vivencia.
Con una profundidad que va del medio metro al metro y medio y una capacidad cercana a los 200.000 litros, las obras de adecuación han pasado por la impermeabilización del vaso, la instalación de un circuito de depuración y de un sistema de bombeo, aparte de toda la remodelación del entorno, iluminación, seguridad, etc.
El conjunto, accesible a minusválidos, cuenta con baño de vapor, vestuarios y aseos. De manera simultánea se ha puesto en marcha un nuevo punto de información turística que actúa también como centro de primeros auxilios y de atención a los usuarios de las instalaciones donde se pueden adquirir las entradas, obtener información sobre las propiedades de las aguas, horarios, alquiler de toallas y tumbonas, etc.
El vapor de agua que se eleva en determinados puntos de las riberas del Miño delata la presencia de manantiales termales. Aguas calientes que enfriadas con las aguas del río han sido tradicionalmente utilizadas por los orensanos, en una especie de pozas acotadas con piedras donde se sumergían. Haciéndose eco de esta costumbre tan arraigada entre la población, desde hace unos años el Concello de Ourense abordó la adecuación de áreas termales para ofrecer la posibilidad de practicar, de manera gratuita, un termalismo lúdico, que no médico, en condiciones de higiene y seguridad garantizadas, con sus correspondientes aseos, vestuarios y zonas ajardinadas. En la actualidad hay cuatro espacios termales públicos dependientes del Concello, unidos entre si por un agradable camino ceñido a la ribera del Miño, además de algunas fuentes.
Antes conocida como baños del Obispo, está situada en un hermoso entorno junto al río, cuenta con dos piscinas a 43 ºC, que se alimentan de aguas que emergen a una temperatura de 62,6 ºC.
Compuesta por cuatro vasos de distintos tamaños y temperaturas, al lado de un molino rehabilitado, en la zona de Quintela de Canedo, muy cerca del espacio termal de Outariz.
Recinto acondicionado en el margen derecho del río, con jardines salpicados de bancos de piedra y madera, duchas de agua fría y caliente, fuentes, punto de información, cafetería y tienda de recuerdos. Consta de tres piscinas de agua caliente y una de agua fría, elevadas sobre el río del que se contempla una bella panorámica.
Conjunto compuesto por un vaso de agua fría y tres de agua caliente, de forma muy irregular que, situados en la misma área termal que Outariz, comparten servicios y el mismo tipo de agua: hipertermal, alcalina, fluorada y silicatada, que mana en dos puntos entre las fracturas de la roca granítica a una temperatura de 60 ºC.
Tiene Ourense otras fuentes de aguas muy reconocidas y que están acondicionadas para el uso público. Manantial do Tinteiro, muy concurrido por gente de todo el país y de Portugal, cuyo contorno ha sido rehabilitado recientemente por el Concello. Sus aguas, muy reputadas y famosas, son fluoradas, sulfuradas, sódicas y bicarbonatadas y emergen a 43º C. Son muy eficaces en afecciones bucodentales y cicatrices. As Augas de Reza, en el mismo concello de Ourense, en la margen izquierda del Miño, se trata de una fuente de agua sulfurada que tiene que ser bombeada para su utilización debido a su escaso caudal. La Fonte do Sapo, en el concello de Verín, cuya agua se utiliza en bebida y como antiséptico para los ojos. Auga de Rañoa, en el término de Maside, con fuente y piscina cobijadas en un hermoso marco presidido por magníficos ejemplares arbóreos. Fuente del Bañiño de Arcos, en el municipio de Carballiño, de aguas frías, alcalinas, sulfuradas y fluoradas muy apreciadas por las gentes de la zona.