Al suroeste de Argentina, en plena cordillera de los Andes y muy cerca de los límites fronterizos con Chile, la proximidad del volcán Copahue hace posible la insólita configuración de este espacio termal donde las entrañas de la tierra afloran a la superficie para mostrar a cielo abierto su poderío. Copahue constituye un pequeño paraíso de manantiales, lagunas naturales, fumarolas, hervideros y fangos de una riqueza y diversidad casi inverosímil y por ende de un inmenso abanico de propiedades e indicaciones terapéuticas.
Se celebraba el III Simposio de Turismo de Bienestar y Termalismo en la ciudad de Buenos Aires, organizado por la Federación Empresarial Hotelera Gastronómica de la República Argentina, FEHGRA, en el cual participaba Tribuna Termal y no quisimos perder la ocasión de visitar parte de la oferta termal de este país.
Era una buena ocasión para conocer de primera mano las dos caras del termalismo argentino. Por una parte, el terapéutico de las Termas de Copahue, una tentación ineludible e imprescindible para los adeptos al termalismo por el inmenso despliegue de recursos que concentra y la belleza y singularidad de su emplazamiento, y por otra, la utilización del agua termal, extraída del subsuelo mediante perforaciones, en grandes centros termolúdicos, tan extendidos por Latinoamérica, de los que la región argentina de Entre Ríos constituye uno de los máximos exponentes y que será objeto de un reportaje posterior.
Un paraíso termal único en el mundo
“Lugar de baños” o “lugar de azufre”, dos de los topónimos más antiguos de la palabra Copahue, definen la realidad de este enclave de manera literal.
Termas de Copahue está situada al noroeste de la provincia de Neuquén, a 376 kilómetros de la capital, dentro del Parque Provincial Copahue. Neuquén es una de las provincias argentinas que cuenta con más manantiales termales localizados y catalogados. De todos ellos, Copahue es sin duda la joya de la corona. Conocidos desde la antigüedad, sus recursos termales llevan siglos aliviando afecciones y dolencias, y mucho antes de que existiese en el lugar ningún tipo de infraestructura ya era un centro utilizado para el descanso y la recuperación por miles de personas.
Aguas sulfatadas, sulfuradas, cálcicas, ferruginosas, bicarbonatadas, carbogaseadas y cloruradas sódicas, con temperaturas que oscilan entre los 29º y los 70º centígrados que permiten la prestación de alrededor de 2.500 baños diarios. Fangos ricos en azufre, hierro, magnesio y sílice, entre otros minerales, resultantes de la degradación de las rocas que se depositan en el fondo de las lagunas de aguas minerales donde maduran naturalmente. Algas de la especie termófila, con propiedades antibacterianas y antifúngicas ,que se extraen de la Laguna de las Algas para tratamientos cosméticos y dermatológicos. Vapores surgidos de innumerables fumarolas naturales, que se utilizan para tomar baños de vapor y para dolencias de las vías respiratorias superiores. Sin duda alguna, Copahue es un enclave termal único en el mundo.
Entre sus más preciados tesoros están sus tres lagunas de diferentes propiedades e indicaciones: la Sulfurosa, ubicada en el centro del complejo, la mayor y más caliente –54º C–, cuyos vapores forman parte de la imagen característica de Copahue y de la cual se extrae agua para alimentar los baños individuales y fango para aplicar en cabina; la Verde, de aguas muy mineralizadas, donde crecen infinidad de microalgas que la dotan de su intenso color verde y cuya temperatura de 29º C la hacen muy adecuada para la realización de baños de inmersión y clases de aquagym, sus aguas también se aplican en bañeras de hidromasaje y sus lodos verdes en tratamientos dermatológicos; la del Chancho, que es la de uso más antiguo y la más conocida y demandada en Copahue, es de agua sulfatada cálcica y ferruginosa y exhibe un peculiar aspecto color gris plomo que no es sino el reflejo de la espesa capa de fango natural que sus fondos acumulan. Hay diferentes maneras de realizar “un chancho”, aunque la más recomendable, según Ana María Monasterio, la directora médica del complejo, es “introducirse en la pileta, embarrarse y durante 20 minutos movilizar todas las articulaciones; después reposar un mínimo de 30 minutos”.
Un espacio singular es la Laguna de los Callos, un pediluvio natural de agua caliente sulfurada, bicarbonatada y con algas termófilas que constituye, además, un punto de encuentro para los bañistas donde aprovechan para charlar e intercambiar todo tipo de noticias del lugar.
Un equipo médico especializado, junto a kinesiólogos, cosmetólogos, masajistas, bañeros y profesores de Educación Física, controlan a los clientes de forma personalizada desde su admisión hasta la finalización de los distintos programas y tratamientos que se imparten en las Termas de Copahue. Tratamientos destinados a aliviar y mejorar dolencias osteoarticulares, procesos de rehabilitación, afecciones respiratorias y problemas dermatológicos. Las patologías del aparato digestivo encuentran alivio mediante la ingesta de las diferentes aguas de sus múltiples fuentes: de Copahue o Vichy, del Limón, Ferruginosa, Sulfurosa.
Además, a partir de las propiedades regeneradoras de los fangos y algas se ofrecen tratamientos de belleza faciales y corporales así como programas de relax y puesta en forma gracias al aire puro de montaña, los baños, los vapores, los masajes y, en general, el ambiente saludable que emana el complejo y su hermoso entorno modelado por la acción volcánica, las huellas de las glaciaciones y la erosión del viento.
La recursos naturales de la villa termal de Copahue se extienden en un radio de 12 hectáreas, y se complementan con las distintas instalaciones para tratamientos (cerca de once mil metros cuadrados), los establecimientos hoteleros (hoteles, hostales, cabañas y camping), restaurantes, confiterías y varios puntos de venta de artesanías y productos regionales.
Copahue es administrada por el Ente Provincial de Termas de Neuquén y solo permanece abierto de diciembre a abril. Durante el invierno la nieve, que puede superar los cuatro metros, se adueña de las instalaciones llegando a cubrirlas por completo, las lagunas y las fuentes resisten heroicas frente al frío extremo con sus altas temperaturas, formando una estampa inédita de la que solo es posible disfrutar acercándose en vehículos especiales. Copahue entonces hiberna, se depura y regenera para afrontar la nueva temporada con un brillo renovado y unos recursos fortalecidos.
Agua de Volcán, Agua de Mate
Mención aparte merece el Agua de Volcán proveniente de un manantial cercano al cráter del volcán Copahue que se traslada hasta la villa termal para su uso en baños, en terapias hidropónicas y para hidratar el fango. Se trata de un agua de fuerte mineralización sulfatada, clorurada, sódica, magnésica y ferruginosa cuyo pH no supera 1,5 lo que implica tener que diluirla para poder utilizarla en los diferentes tratamientos, tanto en la cura hidropínica, que se administra en gotas, también diluidas, en una cadencia de una a quince y de quince a una, en tratamientos de un mes. Su alto grado de concentración permite su traslado en pequeñas cantidades hasta Caviahue e incluso a Neuquén donde se aplica disuelta en baños de inmersión e hidromasaje durante todo el año.
Por su parte el Agua de Mate, de baja mineralización y agradable sabor, alumbra tan caliente que, como su nombre indica, se utiliza para preparar esta infusión argentina tan popular como imprescindible. Esta práctica que se remonta a los tiempos de los primitivos pobladores Pehuenches sirve ahora para socializar a los curistas, turistas y lugareños que se concentran en torno a la fuente para charlar y preparar la infusión. Para aderezar aún más el ambiente, en el banco de mampostería que se ha construido en la zona exhiben sus productos los agricultores chilenos que diariamente atraviesan el paso fronterizo de Trapa Trapa para vender guindas, cerezas, cilantro y demás frutos. Denominada la Feria de los Chilenos, esta costumbre se remonta a los años 50-60 en que los comerciantes del país vecino proveían de los más variados víveres a los habitantes temporales de Copahue, lo que les evitaba frecuentar unos caminos largos y poco accesibles y les aportaba una actividad recreativa que iba más allá de la compraventa, pues se comía, se bebía e incluso se bailaba en un ambiente festivo.
Caviahue, una villa adolescente
Tierra abajo, a 19 kilómetros de las Termas, Caviahue exhibe un encantador caserío multicolor a orillas del lago del mismo nombre, de aguas ácidas y sin vida, pero de espectacular y mágica estampa. Como un espejo, su superficie refleja las laderas andinas donde crecen araucarias milenarias y permanece impasible al influjo del volcán, cuyo aliento permanente de vapores azufrados forma parte del día a día de la joven y dinámica población de Caviahue que vive acostumbrada a su presencia, sabedora de que es precisamente a él a quien debe su existencia.
Seguramente Caviahue sea una de las villas más jóvenes del mundo ya que su historia aún no ha cumplido treinta años. Paso obligado a Copahue y accesible durante todo el año, constituía el lugar idóneo para servir de campamento base al trasiego de gentes cada vez más numeroso generado hacia las Termas. Así, poco a poco, empezó a fraguarse la historia de esta villa termal. La construcción en 1965 del acueducto que transporta Agua de Volcán hasta Caviahue, y más adelante las instalaciones del Hotel del Instituto de Seguridad Social del Neuquén, para que el recurso termal pudiera ser aprovechado todo el año, dio el pistoletazo de salida al desarrollo urbanístico de Caviahue, cuya fundación oficial se lleva a cabo en abril de 1986 bajo el objetivo de “encauzar, promover y regular las actividades a corto y medio plazo de Copahue–Caviahue”.
El despegue definitivo se produce en 1989 con la construcción de 30 viviendas por iniciativa de la administración provincial. Un año después, en 1990, se procedió a la creación del Parque Provincial Copahue (28.000 has.) dentro del cual se delimitaron las tierras destinadas al emplazamiento urbano. A raíz de aquí y ya desde los poderes locales, se empezaron a vender terrenos y se inició la construcción de hoteles, restaurantes y viviendas permanentes o de segunda residencia. El desarrollo poblacional llevó a las autoridades provinciales a constituir oficialmente el municipio de Caviahue-Copahue.
En la actualidad Caviahue cuenta con una población fija de alrededor de 700 habitantes dedicados casi al cien por cien a los servicios turísticos. Sus 1.200 camas absorben los excedentes de alojamiento de las Termas (700 camas), y dispone de todos los servicios turísticos necesarios para satisfacer la demanda. Caviahue es un lugar amable, tranquilo y tan seguro que la casas y los coches permanecen abiertos; esa confianza se traduce en una comunidad cordial, que trasmite relax y contempla con sosiego la belleza de su entorno, incluido el volcán de cuyo estado de ánimo están siempre atentos y al que saben interpretar a través de las señales de vapor y humo que exhala constantemente.
El Ente Provincial de Termas ha dispuesto unas instalaciones junto al Hotel ISSN para poder beneficiarse durante todo el año de distintos servicios termales y en su Centro de Alto Rendimiento Deportivo se ofrecen también aplicación de fangos, programas antiestrés y de belleza facial y corporal.
Nieve, Termas y naturaleza
La nieve, el gran impedimento natural que no permite a Copahue funcionar en invierno, ha servido sin embargo para desestacionalizar la oferta en la zona.
El Centro Internacional de Esquí Caviahue funciona de junio a octubre y cuenta con los medios necesarios para la práctica de todos los niveles de esquí, snowboard, paseos en trineos, esquí de fondo, caminatas con raquetas, excursiones en vehículos oruga, motos de nieve y la posibilidad exclusiva de ascender hasta el cráter del volcán más activo de la Patagonia argentina, para después descender desde sus 2.953 metros de altura esquiando fuera de pista a través de ocho kilómetros de nieve polvo.
Cuando la nieve se diluye queda al descubierto un espectacular paisaje andino, un precioso collage de cascadas, lagos, bosques de pehuén y caprichosas formas basálticas, en definitiva un escenario perfecto para disfrutar de actividades en la naturaleza como senderismo, montañismo, paseos en bicicleta, a caballo y avistamiento de aves.
Las opciones son tantas que es difícil enumerarlas todas. Entre las imprescindibles destacan los espacios termales de las Máquinas y de las Maquinitas, para tomar un baño y escuchar el ruido de sus respiraderos; el mirador de las Mellizas para observar el paisaje circundante; el Hito de Copahue en el límite con Chile; el Salto del Agrio, una cascada de cerca de 50 metros enmarcada en un cañón donde es posible contemplar las sucesivas coladas de lava; la laguna Escondida, el mirador del Copahue o las cascadas del Agrio, a tan solo un kilómetro de la villa entre bosques de araucarias y rocas volcánicas.
En el lago Caviahue se puede remar, dar paseos en canoa, tomar un baño controlado en sus aguas sulfatadas o pasear por sus orillas volcánicas.
Por su parte, los amantes de la pesca pueden practicarla en las lagunas de agua dulce que salpican el entorno, como la de Hualcupén, Trolote o Achacosa. También se puede tomar contacto con las comunidades mapuche originarias y vivir la esencia de su cultura milenaria en los asentamientos que mantienen durante el verano (veranadas). Después, cuando el calor da paso a los rigores del frío, los mapuche migran a zonas más cálidas y a poblados mejor habilitados para pasar el invierno (invernadas).